A veces viene bien saltar del tiovivo, en marcha, sin que deje de girar.
A veces viene bien volver la vista para observar como la vida sigue girando, como todo sigue subiendo y bajando.
A veces conviene recordar que subidos a él o no, el tiovivo seguirá girando, sin detenerse, sin esperar a que nadie vuelva a subir.
También a veces, pocas veces, volvemos a ver el mismo caballo subiendo y bajando, volvemos a verlo observandonos y pidiendonos que retornemos a él en la siguiente vuelta.
martes, 15 de septiembre de 2009
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