Junto al mar siempre recordaba cuanto la amaba, cuanto le amaron.
Mientras abría los ojos no pudo más que respirar el salitre que lo envolvía.
Miró a su alrededor y se encontró tan solo acompañado de su nueva y eterna compañera, la soledad. Ni tan siquiera el sol, en rápida retirada, parecía estar a su lado.
De nuevo miró al mar y comenzó a correr hacia él, queria escapar de ella. Intentó llegar a la barca y tratar de escapar a su destino, esquivar a su sino.
La pesadez de su compañera lo hizo zozobrar comenzando a entregarse al mar, ni se opuso, ni luchó.
Solo le quedo recordar, mientras se hundía, cuanta la amaba, cuanto le amaron.
Gracias a Jose (Addonsss) por prestarse de modelo
lunes, 27 de abril de 2009
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